Cuando pensamos en signos que distingan a una empresa pensamos en marcas, logotipos y otro tipo de serigrafía o eslóganes que nos recuerdan de forma inevitable a una marca en concreto. Hay determinadas letras con formas que al verlas nos suenan, y también pasa con eslóganes que nos remiten en nuestro cerebro a un anuncio.
Esta función mnemotécnica de la marca es un bien intangible que a priori tiene una difícil protección. Decimos que a priori es difícil de proteger porque existen muchas marcas que se falsifican, a pesar de que cumplen con todos los registros posibles. Esto es un problema bastante grave, porque los bienes falsificados generan beneficios a costa de compradores que normalmente desconocen la falsificación.
Ya hemos dicho que una marca patrocina a una empresa, pero también representa unos valores que se transmiten con sus productos. El ejemplo más sencillo de esto es Apple, que a través de sus dispositivos busca dar la sensación de minimalismo y exclusividad. La venta de productos falsos hace que clientes que desconocen de la falsedad del mismo estén descontentos, y eso implica acusar al fabricante con argumentos que no se aplican a sus productos.
Las marcas no tienen en todos los sitios la misma regulación, en cada país existe una regulación, aunque existen oficinas de armonización, como por ejemplo la que hay en Alicante, que se encarga de registrar modelos y marcas industriales. En los Estados Unidos y en China la situación es diferente, y explicarla daría lugar a otro artículo mucho más extenso.
El registro de la marca
Una marca es el título que permite el derecho exclusivo al uso de un signo para la identificación de un servicio o de un producto. Estas marcas pueden hacer referencia a imágenes, palabras, símbolos, figuras, letras, cifras, gráficos o formas tridimensionales, ya sean envases, envoltorios o formas del producto.
Por su parte, el nombre comercial hace referencia al título que concede el derecho exclusivo al uso de cualquier signo o denominación como identificador de una compañía en el tráfico mercantil. Los nombres comerciales son independientes de los nombres de las sociedades apuntadas en los Registros Mercantiles.
El tiempo por el que se prolongará esta protección a los signos distintivos de una empresa, ya sean nombres comerciales o marcas, es de diez años desde el momento en que se presente la solicitud y existe la posibilidad de renovarlos de forma indefinida. Para que se mantengan en vigor estos signos distintivos de las compañías exigirán el pago de tasas. En el caso de las marcas que se encuentren en procedimiento transitorio tienen un régimen diferente.
El registro de una marca no es complejo, pero si su defensa en caso de su uso indebido. Las competencias para todos los juicios relacionados con esta materia están sometidos a los Juzgados de lo Mercantil de Alicante. En esta provincia existen despachos que se encargan de llevar temas relacionados con marcas, como es el caso de Peñalver Abogados y Mediadores, un despacho multidisciplinar, sofisticado, joven, moderno, plurilingüe, donde se habla español, inglés, holandés y valenciano, con más de 20 años de experiencia.