Los motores reductores son muy importantes en toda la industria en general puesto que son una herramienta que permite ajustar la velocidad a la que las máquinas pueden girar. Son grandes desconocidos pero conforman uno de los pilares sobre los que se fundamentan las maquinarias de talleres de toda clase e incluso laboratorios. Los motores reductores de velocidad optimizan el funcionamiento de las máquinas, consiguiendo ajustarlo a las necesidades de cada momento, además de aumentar la durabilidad de las máquinas en las que se instalan.
En la industria del cristal este control sobre la velocidad es imprescindible. Mediante los giros a diferentes velocidades de las piezas de cristal, el artesano consigue trabajar y dar la forma deseada a las piezas que en ese momento esté creando, como pueden ser vasos, copas o jarras.
Se utilizan una serie de moldes para ir consiguiendo la forma de cada ítem, sin embargo, hay partes que es necesario que las realice el artesano de forma manual y cada vez de la forma más perfecta y exacta posible. En el caso de la pieza que sirve como base para una copa, es preciso conseguir un grosor y una forma redondeada precisos, de modo que se hace girar la pieza a una velocidad determinada, regida por un motor reductor de velocidad, mientras el artesano aplica presión con sus herramientas de trabajo hasta conseguir el resultado deseado.
En el momento de adornar las piezas, como son las copas o las jarras, también se necesita aplicar la fuerza ejercida por discos con cabezas de diamante para conseguir efectos estéticos que dependen totalmente de la velocidad de rotación y de la pericia del artesano del cristal. Utiliza diferentes herramientas, ajustando la velocidad para cada forma que quiera conseguir, y una plantilla dibujada previamente en la que se le indican, con el dibujo de un plumón a prueba de agua, dónde y qué tipo de corte que hay que realizar.
Los tipos de corte pueden ser en cuña o lisos. Los cortes en cuña se utilizan para hacer diseños intrincados y más complejos, creando más aristas. El corte liso es más limpio y con menos aristas. Los cortes se realizan con un disco giratorio y, durante el proceso, el cristal se lubrica, se limpia y se enfría con agua.
Para redondear los bordes y así evitar cortes con su uso, se utiliza una pulidora de metal con capa de diamante para desbastar y redondear las superficies. Nuevamente, esta pulidora que gira para eliminar restos de cristal indeseados controla su giro con un motorreductor de velocidad, pudiéndose de esta manera trabajar correctamente cada pieza.
La industria del cristal requiere un trabajo artesanal para obtener resultados de alta calidad, resistencia y belleza. Se consiguen copas de vino, de champán, de agua o jarras similares entre sí pero únicas gracias al trabajo artesanal de varios profesionales que consiguen extraer de varios trozos de vidrio hermosas formas que acompañan cada día en la mesa a la hora del desayuno, la comida o la cena.