Aplicación odontológica del vidrio

Hablar de vidrio es pensar en vasos, copas, incluso ventanas o cualquier ornamento decorativo que se precie. Sin embargo, el vidrio tiene múltiples aplicaciones, incluyendo una muy concreta en el campo de la odontología. En este caso en particular, hablamos del ionómero de vidrio, con diversas aplicaciones en el sector, lo que nos ha parecido tan interesante que vamos a dedicarle un artículo, para dar a conocer sus propiedades y usos, para mantener una buena y cuidada estética y salud dental.

Este material muy utilizado en odontología cuenta, como ya hemos comentado, con numerosas aplicaciones en el campo. Su composición, está basada en una adecuada combinación entre un polvo de vidrio y un líquido ácido, cuya reacción, forma un gel fuerte y adhesivo. Este material en particular, destaca sobre otras, por su capacidad para producir la liberación de flúor. Factor que contribuye a la prevención de la temida e indeseada caries. Además, ofrece una biocompatibilidad y proporciona una facilidad de manejo, excepcionales que hacen que sea una de las opciones más populares entre los profesionales.

Para conocer con mayor detalle todo lo relativo a este material tan utilizado, nos hemos acercado a Mesiodens, especialistas en odontología integral, quienes con gusto, nos han hablado del ionómero de vidrio y sus aplicaciones. Reconocido en el campo por sus propiedades únicas y la versatilidad que ofrece, nos recuerdan que, su composición permite una interacción muy específica entre los diferentes materiales que lo componen, tanto en su versión en polvo, como la líquida.

Composición y reacción

Como ya hemos dejado claro, los ionómeros de vidrio, se componen de dos elementos principales: el polvo y el líquido. Cada uno de ellos con sus propias características esenciales que aportar al resultado final.

El polvo del ionómero de vidrio contiene en su composición los siguientes elementos:

  • Sílice que proporciona estructura y resistencia.
  • Alúmina que mejora las propiedades mecánicas.
  • Fluoruro que contribuye a la liberación del flúor y por lo tanto, ayuda en la prevención de la caries.

En cuanto a la parte líquida, su composición incluye:

  • Ácido poliacrílico que proporciona la base ácido base necesaria para que se produzca la reacción deseada.
  • Ácido itacónico que mejora la adhesión y propiedades del fraguado.
  • Ácido tartárico que regula el tiempo de fraguado necesario y las propiedades reológicas resultantes.

La combinación de ambos elementos del ionómero de vidrio, tanto en su parte en polvo como la de líquido, da lugar una reacción química cuyo proceso, resulta esencial para que sea efectivo como material con aplicaciones dentales. Al mezclar ambos componentes, se produce un intercambio iónico que conduce a la formación de un gel.

Este gel, se endurece mediante un proceso denominado de fraguado, el cual se inicia en el momento en el que el ácido presente en la parte líquida, graba la superficie del polvo de vidrio. Durante el transcurso de este proceso, se lleva a cabo una liberación de iones de calcio, sodio, aluminio y flúor, fundamentales para proporcionar las propiedades cariostáticas que posee y lograr una unión efectiva con la estructura dental.

Dentro de los ionómeros de vidrio, podemos encontrar varios tipos, en función de la finalidad de cada uno. Es decir, existen distintas clasificación de ionómeros de vidrio, cada una de ellas, diseñada con objeto de cumplir diferentes funciones dentro del campo de la odontología. Algunas de ellas son:

  • Ionómeros de vidrio tipo liner/base cavitaria que se utilizan como base o para forrar cavidades dentales.
  • Ionómeros de vidrio restaurativos, adecuados para la restauración directa de un dieten afectado por la caries.
  • Ionómeros de vidrio cementantes que se utilizan para la cementación de prótesis y coronas.
  • Ionómeros de vidrio modificados con resina, que proporcionan un mejor resultado estético y mayor resistencia.

Usos y propiedades del ionómero de vidrio

En el campo de la odontología las propiedades del ionómero de vidrio son clave para su aplicación en diversos procedimientos. La composición única que posee, le concede una serie de características excepcionales que lo convierte, en un material de gran efectividad y versatilidad, con numerosas aplicaciones en diferentes tratamientos dentales.

Destacaremos en primer lugar, la capacidad de adhesión que presenta hacia la estructura dental. Este material ofrece una unión química que contribuye a la retención del mismo en las cavidades en las que se aplica. La interacción entre el ionómero y las superficies dentales, se produce a un nivel molecular que permite que se logre una mayor estabilidad en la restauración. Esta propiedad se traduce en una más que eficaz prevención de la filtración de fluidos, lo que reduce el riesgo de sufrir caries secundarias en el margen de las restauraciones dentales. La aplicación es relativamente sencilla y no requiere un protocolo de grabado ácido, como sucede con otro tipo de materiales.

Por otro lado, la biocompatibilidad que muestra es muy alta, lo que viene a ser que su uso en odontología, no suele provocar reacciones adversas ni en los tejidos dentales ni los blandos de la cavidad oral. Esta propiedad asegura que los pacientes no sufren incomodidad o complicaciones tras recibir un tratamiento. Dicha biocompatibilidad, se debe a la naturaleza de sus componentes, los cuales no producen ningún tipo de irritación o toxicidad. Por lo que se ha convertido en el material de elección en casos delicados como el de los dientes de leche de los más pequeños.

La liberación del flúor, previamente comentada, es sin duda una de las propiedades más beneficiosas con las que cuenta el ionómero de vidrio. Esa capacidad de liberar el flúor de forma sostenida y continua, contribuye a la remineralización del esmalte dental, ayudando e prevenir la aparición de caries. Esta cualidad hace que sea una opción ideal dentro de la odontología preventiva, sobre todo en aquellos pacientes con un alto riesgo de sufrir caries.

Señalar que el flúor actúa en el proceso de remineralización reduciendo la actividad metabólica de las bacterias. Gracias a ello, el ionómero de vidrio no solo restaura, también protege la salud dental a largo plazo.

Por otro lado, no podemos obviar sus propiedades en términos estéticos. Este material ha evolucionado de tal manera que ofrece una apariencia aceptable, contando con formulaciones específicas que proporcionan un acabado colorido suave, lo que hace posible que las restauraciones sean más agradables a la vista. No obstante, aunque se trata de mejoras muy notables, hay que tener en cuenta que no alcanzan el nivel estético que poseen las resinas compuestas. Este aspecto es esencial tenerlo en cuenta a la hora de realizar restauraciones visibles, sobre todo en piezas anteriores, en las que la estética dental, juega un papel crucial para que el paciente acepte el tratamiento.

Por último señalar su radiopacidad y la importancia de la misma, puesto que estos materiales se diseñan para ser radiopacos, para que aparezcan en las radiografías dentales. Esto es así para que el profesional pueda visualizar el estado y ubicación de las restauraciones. Lo que permite un seguimiento y evaluación del tratamiento a largo plazo. Esta capacidad de ser detectados permite planificar y controlar la salud dental, puesto que proporciona información visual valiosa para el profesional.

Algunas de sus aplicaciones

Como venimos diciendo, este material cuenta con diversas aplicaciones dentro del campo de la odontología. Ente ellas, podemos destacar las restauraciones estéticas en dientes anteriores que demanda una alta estética para que resulte satisfactoria. El ionómero de vidrio es muy utilizad en este tipo de tratamientos, puesto que puede mimetizarse con la coloración natural del diente.

Por otro lado, es también muy utilizado en la cementación de prótesis dentales, coronas e inlays. Su capacidad de adhesión químicamente a la estructura dental y la superficie de los materiales que conforman la prótesis, ofrece una unión estable y duradera. Esta propiedad convierte al ionómero de vidrio en un material relevante en este tipo de procedimientos que necesitan de una mayor resistencia.

Su capacidad como sellador de fisuras es muy aprovechada en odontología, puesto que además de sellar las fisuras con efectividad, protege a los dientes de las caries. Al proporcionar una barrera protectora, ayudan a mantener la salud dental a lo largo del tiempo. Se indica en molares y premolares en donde las fisuras tienden a acumular placa bacteriana.

Así mismo se utiliza comúnmente en los tratamientos de caries de dientes primarios, donde ha mostrado gran eficacia, debido a su biocompatibilidad y las propiedades cariostáticas citadas. Se utiliza para restaurar lesiones provocadas por la caries en los dientes de leche, favoreciendo la salud dental de los más pequeños, evitando la necesidad de tratamientos más invasivos en el futuro.

Para concluir, añadir que este material suele utilizarse igualmente en diversos procedimientos odontológicos de forma combinada. Junto a otros cementos dentales, es posible aprovechar las propiedades beneficiosas de ambos materiales. Algunos de los tratamientos más comunes son la técnica de sándwich, la cementación de restauraciones o las restauraciones temporales.

Ahora ya sabemos algo más sobre uno de los materiales más utilizados en los tratamientos odontológicos de diversa índole. Lo que no es de extrañar teniendo en cuenta sus propiedades y la biocompatibilidad que presenta. Si queda alguna duda, no dudéis en preguntar a vuestro profesional de la odontología que, seguramente, resolverá encantado a todas vuestras dudas.

 

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