Cambiar la cerradura de una puerta es una tarea fundamental para mejorar la seguridad de un hogar o lugar de trabajo. Este proceso, aunque puede variar según el tipo de cerradura y el nivel de habilidad del individuo, generalmente sigue pasos similares que garantizan un reemplazo eficiente y seguro.
Para poder explicaros como se realiza esta tarea, hemos recurrido a Spadico para que nos guíe en el proceso y ellos nos han dicho que, antes de comenzar el cambio de la cerradura es esencial elegir una cerradura nueva que se adapte a las necesidades específicas de seguridad y funcionalidad. Hay una amplia variedad de cerraduras en el mercado, desde cerraduras estándar hasta cerraduras inteligentes con tecnología avanzada. Una vez seleccionada la cerradura adecuada, el siguiente paso es reunir las herramientas necesarias, que generalmente incluyen un destornillador, una llave inglesa, y a veces, una sierra de mano si se va a cambiar la cerradura por completo.
El primer paso es retirar la cerradura antigua. Para hacer esto, es necesario desatornillar los tornillos que aseguran la placa frontal o la manija en ambos lados de la puerta. Luego, se debe retirar la placa frontal y la manija, exponiendo el mecanismo interno de la cerradura. Dependiendo del tipo de cerradura, puede ser necesario retirar tornillos adicionales para liberar el cilindro de la cerradura.
Una vez que la cerradura antigua ha sido retirada, es el momento de instalar la nueva. La nueva cerradura generalmente viene con instrucciones detalladas que deben seguirse cuidadosamente. Primero, se debe insertar el cilindro en el agujero correspondiente en la puerta, asegurándose de que esté alineado correctamente. Luego, se fija la placa frontal en su lugar y se asegura con los tornillos suministrados.
Después de instalar la cerradura, es crucial probar su funcionamiento antes de completar el proceso. Esto implica cerrar y abrir la puerta varias veces para asegurarse de que la cerradura se enganche y desenganche correctamente. También es importante verificar que la llave gire sin problemas en el cilindro y que todas las partes móviles funcionen correctamente.
Si se está cambiando la cerradura por completo y no solo el cilindro, es posible que sea necesario instalar nuevas cerraduras en las jambas y el marco de la puerta. Esto implica medir y marcar cuidadosamente la ubicación de los agujeros para los pernos de la cerradura y luego taladrar estos agujeros con precisión.
Finalmente, una vez que se ha confirmado que la cerradura nueva funciona correctamente, se deben apretar todos los tornillos para garantizar la seguridad y la estabilidad. Es aconsejable probar nuevamente la cerradura para asegurarse de que todo esté en orden antes de considerar completada la instalación.
¿Qué tipos de cerraduras existen?
Existen diversos tipos de cerraduras, cada una diseñada para satisfacer diferentes necesidades de seguridad y funcionalidad. A continuación, se describen algunos de los tipos de cerraduras más comunes:
- Cerraduras de pestillo (o cerrojo): son las cerraduras más simples y tradicionales. Consisten en un pestillo que se desliza hacia adentro y hacia afuera para bloquear o liberar la puerta. Pueden ser con llave o sin llave.
- Cerraduras de embutir: se instalan en el interior de la puerta y son menos visibles desde el exterior. Suelen utilizarse en combinación con manijas o pomos y ofrecen un aspecto estético más limpio.
- Cerraduras multipunto: proporcionan seguridad adicional al tener varios puntos de cierre en la puerta. Estos puntos se activan simultáneamente al cerrar la puerta, mejorando la resistencia contra intentos de intrusión.
- Cerraduras cilíndricas: son comunes en las puertas exteriores de casas y edificios. Tienen un cilindro que se puede girar con una llave para activar el pestillo.
- Cerraduras tubulares: se encuentran comúnmente en pomos de puertas. Tienen un cilindro en el centro del pomo que puede girarse para activar el mecanismo de cierre.
- Cerraduras electrónicas: utilizan tecnología electrónica para permitir o denegar el acceso. Pueden requerir una combinación, tarjeta magnética, código PIN o incluso reconocimiento biométrico (huellas dactilares, escaneo ocular).
- Cerraduras de tarjeta magnética: comúnmente utilizadas en hoteles y edificios comerciales, estas cerraduras requieren una tarjeta magnética especial para desbloquear la puerta.
- Cerraduras inteligentes: integradas con la tecnología del Internet de las cosas (IoT), permiten el control remoto del acceso a través de dispositivos inteligentes como teléfonos móviles. Pueden incluir funciones como la programación de accesos, el monitoreo en tiempo real y la integración con sistemas domóticos.
- Cerraduras de combinación: se abren al ingresar una secuencia específica de números en un teclado o dial. No requieren llave física.
- Cerraduras biométricas: utilizan características físicas únicas, como huellas dactilares o escaneo facial, para permitir el acceso. Ofrecen un alto nivel de seguridad.
- Cerraduras de seguridad: diseñadas para resistir manipulaciones y ataques, estas cerraduras suelen tener características anti-taladro, anti-ganzúa y anti-palanca.