NPBI: Tecnología de ionización bipolar de punta de aguja y su impacto en la calidad del aire

Vivimos en la época de las siglas. Todo ahora tiene que ser breve y acortado, por eso son muchas las palabras o las instituciones que deciden recortarlo todo a siglas. Pues bien, hoy vamos a hablar de cuatro letras que quizás todavía no has escuchado, pero que en los próximos años darán mucho de que hablar.

NPBI. ¿Las has escuchado? Pues si estás metido en el mundo de la calidad del aire seguro que sí. Pues se trata de la ionización bipolar de punta de aguja, y responde a NPBI, por sus siglas en inglés, ya sabemos que también en estas cosas siempre buscamos lo de fuera mejor que lo de dentro.

Pues bien, estamos hablando de una tecnología desarrollada para mejorar la calidad del aire interior mediante la generación de iones positivos y negativos, que se introducen en los sistemas de ventilación (HVAC) y se dispersan en el ambiente. ¿Qué te parece? Pues quizás la mejor solución para poder respirar aire puro ahora que siempre todo está marcado por la contaminación.

Estos iones interactúan con partículas suspendidas, virus, bacterias, moho y compuestos orgánicos volátiles que ahora mismo tan presentes están en nuestras vidas y que son los causantes de muchos problemas de salud. Lo que hacen es agrupar partículas para facilitar su filtración. Luego se inactivan microorganismos patógenos, como SARS-CoV-2, según algunos estudios, y por último, neutralizar olores y contaminantes químicos.

Cómo funciona

En este caso, lo que hace es utilizar una fuente de alto voltaje aplicada a puntas de aguja conductoras para crear un campo eléctrico que genera iones. Puede sonar complicado, pero a la hora de ser práctico es muy eficaz.

A diferencia de otras tecnologías de ionización más antiguas ya que esto es algo que se lleva haciendo mucho tiempo, NPBI no produce ozono de forma significativa ni subproductos nocivos, siempre que se utilicen equipos certificados bajo estándares.

Como nos indican desde Air Quality Prosescan, una empresa que se dedica a la ionización, la historia de la ionización del aire se remonta al siglo XVIII, cuando los científicos comenzaron a explorar los efectos eléctricos de la materia. Más tarde, en la década de 1920, los científicos comenzaron a utilizar la ionización del aire para crear sistemas de purificación del aire.

Estos sistemas utilizaban una descarga eléctrica para ionizar las partículas en el aire, lo que las hacía atraerse hacia placas cargadas eléctricamente o hacia un material colector.

Casos de éxito

Y lo importante, dónde se puede aplicar esto. Pues son muchos los ejemplos que nos ponen desde Air Quality Prosescan.

Recientemente, una de las universidades públicas mejor clasificadas (U.S. News & World Report) en los EE.UU. se unió a muchas otras escuelas en la transición al aprendizaje virtual. La decisión afectó a 10.000 empleados y 25.000 estudiantes de pregrado y posgrado. A medida que la pandemia continuaba aumentando los tratamientos efectivos parecían esquivos y las medidas preventivas apropiadas variaban y seguían siendo fluidas.

La administración escolar, sin embargo, continuó buscando agresivamente medios para mediar en la calidad del aire interior para acelerar su regreso a la enseñanza convencional.

Tras poner este sistema, se vieron los resultados. Una reducción del ausentismo por enfermedades respiratorias, el aumento del bienestar percibido por parte de profesores y estudiantes y el apoyo a iniciativas de sostenibilidad energética al permitir una ventilación controlada sin abrir ventanas.

En los aeropuertos internacionales, por ejemplo el de Londres, se hizo como parte de su estrategia para mejorar la calidad del aire durante y después de la pandemia de COVID-19. El sistema se integró en los ductos de ventilación, permitiendo mantener ambientes más limpios en terminales y salas de espera.

En hospitales y centros de salud. Esta red hospitalaria utilizó NPBI para reducir riesgos de infección nosocomial. Los estudios internos indicaron una disminución en la carga microbiana en el aire y superficies. Pronto se vio una reducción de patógenos en quirófanos y áreas críticas, y una menor necesidad de productos desinfectantes agresivos.

Y los grandes también se suman a esto. Empresas tecnológicas y oficinas como por ejemplo Google y Facebook, han explorado la implementación de NPBI en sus oficinas como parte de sus protocolos de regreso seguro al trabajo.

Logrando una optimización de la calidad del aire sin aumentar el consumo energético y la integración con sistemas inteligentes de monitoreo ambiental.

Como ves, la tecnología NPBI representa una herramienta innovadora para mejorar la calidad del aire interior en múltiples sectores, desde hospitales hasta aeropuertos. Aunque su eficacia depende del contexto y la correcta implementación, cuando se aplica adecuadamente, por eso hay que ponerse en manos de empresas profesionales.

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