Hoy vamos a hablar de bodas. La semana pasada fui a la boda de una prima de mi marido en la que todo se había hecho por la pareja, a excepción de la comida que la contrataron al catering entusfogones.es y unas enormes letras de corcho preciosas que decoraban la entrada a la finca que encargaron en rotulosdecorcho.com. Todo esto lo digo porque me impresionaron totalmente y no os voy a decir el presupuesto que tenían para la realización del evento porque sería de mala educación pero sí os diré que era realmente bajo.
Y vosotros diréis ¿qué tiene que ver todo esto con el vidrio? Pues tiene mucho que ver porque toda la decoración la habían hecho ellos a base de vidrio.
La boda tuvo lugar en una finca de la familia que heredaron los tres hermanos (el padre de mi marido, el padre de la novia y una hermana de ellos). Es una finca preciosa, antigua eso sí, y probablemente necesita alguna que otra reforma (sobre todo en la cocina) pero es la típica casona de campo que te gustaría conservar en buen estado porque tiene una fachada y unos jardines preciosos.
La entrada de la finca es un camino de tierra bastante ancho que flanquearon con velas y flores blancas y, al final del mismo, reposaban las iniciales de los nombres de la pareja, “M & T”, con un tamaño de metro y medio de altura que recibían a todos los invitados. En la entrada a la finca se podía leer un enorme cartel de “Bienvenidos” con un corcho donde habían colgado la relación de mesas y el sitio que ocupaba cada comensal y al final del mismo un texto nos informaba que debíamos dar la vuelta a la casa para ir al banquete.
La fabricación
El lugar estaba precioso. Habían puesto mesas redondas con manteles blancos engalanados con margaritas naturales y rafia (todo muy rústico) y en el centro de cada mesa había una escultura diferente hecha a base de vidrio. Quedé helada cuando me entere de que el diseño era de la prima de mi marido y la mano de obra la había puesto su pareja. Por lo visto, hizo un curso de 6 meses donde le enseñaron a tratar el vidrio, darle forma, color, y mucho más. Hace dos meses aproximadamente, pidió el favor a su exprofesora para que le dejara construir esos adornos en su fábrica, donde había dado el curso, por un módico precio de alquiler. La profesora, encantada, le cedió el lugar todos los días a partir de las 20:30, que es cuando cerraban, y sólo le cobró la electricidad usada y los materiales que gastó, nada más.
Gracias a eso, además de las esculturas que servían de centros de mesa, creó más de 50 cuencos que colgaban con cuerdas de los árboles de la finca. Dentro de ellos habían puesto luces leds blancas que funcionaban con pilas. Quedaba precioso y elegante.
La mayor escultura, como es lógico, estaba en la mesa presidencial, donde los novios tenían una especie de escultura circular de vidrio de la que salían tres tubos de diferente altura y, en cada uno de ellos, reposaba una vela de diferente fuerza.
Además de todo esto, telares blancos y bañas de bambú servían para dividir ambientes y la comida de En Tus Fogones estuvo deliciosa.
En mi opinión fue una de las bodas más bonitas a las que he asistido y, con diferencia, la más económica.