Una casa alegre se hace con una buena capa de pintura

Todos queremos tener una casa alegre. Y para ello hay que hacerlo con alegría, con luz y con simpatía. Y es que una casa mal pintada, esa que tiene desconchones, manchas de humedad, de tabaco, de golpes, etcétera , es sinónimo de tristeza y sobre todo, de devaluación. Seguro que tienes en cuenta que cuando alguien quiere vender su casa, lo primero que hace es pintarla. Está claro que claro que servirá para ofrecer otra cara bien distinta. Y lo más importante, subir el precio de la vivienda.

Ahora bien, no siempre todo el mundo sabe cómo hacerlo. Si quieres pintar la casa como un profesional, toma nota de estos consejos porque seguro que te van a venir muy bien.

Buen material

Lo principal para que un trabajo salga bien, es contar con un buen material. Esto pasa con la pintura, pero también ocurre con cualquier otro sector. Ahora bien, si no queremos tener problemas, la pintura se tiene que comprar en tiendas especializadas. Como nos indican desde Decolor, hay que buscar la “excelencia y mejora” continua en los productos. Lo que hay que hacer es cuidar al detalle la calidad de los procesos productivos y servicios con el fin de ofrecer a los clientes un producto de pintura eficaz y superior a sus expectativas.

Una vez que ya tenemos la pintura, es el momento de comprar la herramienta. Cinta de pintor, plástico y papel protector, masilla, lija, espátula, rodillo grande y pequeño, cubeta para rodillos, paletina, pintura y esmalte son algunos de los elementos que no pueden faltar. Y por supuesto, sábanas viejas. Que aunque suene a clásico, es la mejor forma de evitar problemas y manchas.

La cinta de pintor en zócalos, esquinas de techos, puertas y marcos que no sean de madera  es muy útil. Si son de madera, también habrá que pintarlos y cubre la cinta de las persianas. Los interruptores, si puedes desmóntalos; si no, ponles también cinta. En el suelo, mejor papel que cartón, porque el papel es flexible y repele más que el cartón.

Organización

Cuando ya tenemos todo el material, es el momento de hacernos preguntas. Por ejemplo, la de ¿vas a pintar toda la casa? Pues entonces tienes que hacer una gran planificación. ¿Qué habitación será la primera? ¿Vamos a seguir en casa o nos vamos a otro sitio? Pues después de responder a estas dudas, lo primero que tenemos que hacer es despejar todas las estancias. Hay que dejar trabajar bien a los profesionales, a las personas que saben de esto.

El estado de las paredes es otro aspecto a tener en cuenta. Si están en mal estado, hay que lijarlas bien, limpiar el polvo que se haya podido originar, darles una imprimación y masillar antes de pintar. La pintura, por sí sola, no elimina imperfecciones. Y es que tienes que tener claro que una mala pared te puede estropear la mejor pintura del mercado.

Hacer pruebas

Es el momento de hacer pruebas. Una buena práctica es ponerte a dar brochazos en paredes en las que incida la luz de manera distinta y míralas a diferentes horas del día. Son aspectos que tienes que tener en cuenta ya que la perspectiva, la luz, el momento el día es algo muy importante.

Manos a la obra

Es el momento de ponerse el mano de faena. Lo primero es comenzar con el techo para poder cubrir las gotas que caigan sobre las paredes. Pero si hay defectos que enmasillar, empieza por ahí y aprovecha para pintar esquinas.

Cuando hayas terminado de pintar, abre las ventanas para que se seque bien y pronto. En el caso de la pintura plástica, tendrás que dar una segunda mano. Eso sí, espera al menos seis horas entre capa y capa. Si es esmalte, fíjate bien en las indicaciones del envase. Nosotros recomendamos que la segunda mano se dé pasadas unas seis horas. Si has comprado pintura monocapa, no hace falta. No tendrás que darle una segunda capa aunque la aplicación quizá te cueste algo más.

Y cuando todo esté limpio, echa un vistazo y con un pequeño pincel o con un rodillo pequeño, arregla los posibles desperfectos. Seguro que si sigues estos pasos vas a conseguir que tu casa quede perfecta y no eches de menos la mano de un profesional, que seguro que te iba a cobrar mucho más y no lo iba a cuidar con tanto mimo como tú. Ahora bien, siempre haciendo las cosas bien.

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