Pocas cosas hay tan espectaculares en una casa como un precioso porche acristalado, ya sean abiertos, modernos, rústicos en el mar o en la montaña, un porche es un lugar mágico que bien decorado puede convertirse en una de las estancias más bonitas de la casa.
Una estancia perfecta para relajarse, leer un buen libro, tomar un café o trabajar con unas vistas espectaculares al exterior. Un rincón de la casa para el disfrute que podemos decorar de muchas maneras diferentes pensando en el efecto deseado.
En cualquier caso, la decoración de be ajustarse al estilo y colores del resto de la vivienda, al menos ajustarse al contraste de la fachada, las puertas y las ventanas.
No es lo mismo si buscamos un porche moderno a si lo que queremos es un porche más rústico o a un porche con un toque ibicenco. Así el estilo variará dependiendo del tipo de vivienda y del lugar en el que nos encontremos tratando, eso sí, de conjugar lo mejor posible los elementos de interiorismo con los de decoración para exteriores.
Desde ideas de porches orientales con toques modernos, hasta porches con arquitectura y materiales sencillos siempre podemos conseguir darle mucha personalidad a un porche con el tipo de decoración que usemos.
Desde grandes cómodas y butacas de mimbre a elementos decorativos que añadan una especial belleza visual, como jarrones o pequeñas esculturas.
Ideas para decorar un Loft Industrial con Porche Acristalado
Lo bueno de este tipo de anexos es que no solo se reservan para viviendas de montaña o cercanas a la playa, también podemos crear un original espacio que dé al exterior en una vivienda urbana y moderna como un Loft Industrial.
Se trata de un estilo con elevada altura y cerramientos de cristal para dejar ver el paisaje. Precisamente, en mi caso, el proyecto que tenía en mente era acristalar un Loft Industrial manteniendo la sencillez y calidez de sus materiales naturales, principalmente madera y mármol.
No quería muchos muebles, más bien pensaba en un estilo nórdico, por suerte conocía Dismobel una tienda de muebles online con las últimas tendencias en muebles y decoración para darle el estilo que quería.
Por otra parte, quería un Loft muy diáfano, sin apenas muebles y uniendo los diferentes espacios. Para ello era muy importante emplear los materiales adecuados, principalmente pensando en conseguir ese toque industrial con el uso de cemento, metal, plástico y ladrillo.
También tenía la idea de adaptar algunas de las columnas y vigas existentes a mi nueva idea de diseño. En cuanto a los colores, tenía claro que me interesaban colores claros, y tonalidades cerca de los tonos tierra, aunque para la cocina quería emplear un color más vivo para crear así un contraste algo más llamativo.
Por supuesto, una de las cosas que más me gustaban y por la que me había decantado por este estilo en techos altos y espacios diáfanos era por conseguir un espacio donde vivir y trabajar con mucha luz.
En efecto, la iluminación era la clave para mí, y más concretamente la iluminación natural. De hecho, una buena iluminación es imprescindible en un Loft. Por ello, tenía tan claro que quería un gran porche acristalado con grandes ventanas que recorrieran parte de la vivienda.
Así terminé optando por una combinación de estilo minimalista, de carácter nórdico y con ese toque industrial tan característico en los Lofts, y es que ya su origen viene de antiguas fábricas abandonadas aprovechadas principalmente por artistas en el Nueva York de los años 70.
Un origen que define muy bien el carácter de estas viviendas reconvertidas en viviendas solo aptas para aquellos que buscan un estilo más moderno y cosmopolita que la habitual vivienda unifamiliar.
Si bien, los Lofts resultan muy buena opción para quienes vivan en la ciudad y busquen sacar el máximo partido del espacio, con una sensación de amplios techos y luminosidad. Son espacios muy adecuados para quienes trabajan en casa o comparten espacio de trabajo.
Una vez finalizado el proyecto conseguí crear una vivienda acogedora e ideal para mi propósito, muy funcional y sencilla. Mis visitas y clientes se sentían muy a gusto tan solo entrar, pues el espacio diáfano con su gran porche con vistas a las montañas ofrecía un lugar ideal para relajarse y una sensación de amplitud poco habitual en una vivienda.